Si tuviéramos que mencionar una palabra en relación a los orígenes del estadio Metropolitano muchos lo tendríamos claro: La Peineta. No es de extrañar que los más jóvenes al mencionar «La Peineta» en referencia al estadio Metropolitano hagan un ceño fruncido como si estuvieras hablando de otra cosa totalmente diferente.
Pues sí, para conocer el origen del estadio Metropolitano habría que remontarse 30 años atrás. A mediados de 1990 comenzaron los primeros trabajos de construcción del estadio hasta su inauguración el 6 de septiembre de 1994. Parece que fue ayer y han pasado «algunos» años.
El estadio fue bautizado con el nombre oficial de «Estadio de la Comunidad de Madrid» aunque todo el mundo conocía el estadio como «La Peineta» debido a la forma del único graderío construido en forma de peineta para el cabello. Sus creadores fueron los arquitectos Cruz y Ortiz con un coste de siete mil millones de las antiguas pesetas. Su única y destacada grada de hormigón llamaba la atención por lo amplia que era, con capacidad para 20.000 espectadores.
El día de su inauguración tuvo una gran repercusión sobre todo en los barrios cercanos al estadio donde los vecinos acudían curiosos por tal revuelo. En esos años el barrio de Las Rosas ni siquiera existía, todo era campo con montículos similar al que hoy en día podemos observar en la parcela de avenida de Niza en frente de la parada de metro «Las Musas». Lo más cercano al estadio era el barrio de Canillejas y la M-40.
Por aquellos entonces la Comunidad de Madrid puso sus ojos en la candidatura del Campeonato Mundial de Atletismo de 1997. Existía el conflicto de tres ciudades españolas que estaban interesadas en presentarse como candidatas: Barcelona, Madrid y Sevilla (esta última interesada solo en la candidatura de 1999 y que luego albergaría el campeonato de 1999). Finalmente Barcelona y Madrid quedaron fuera y Atenas fue la premiada para celebrar Campeonato Mundial de Atletismo de 1997. Fue ahí cuando «La Peineta» iba a recibir su primer gran golpe hacia las sombras del fracaso.
La Comunidad de Madrid quiso reconducir su uso después del «batacazo» de la candidatura al Campeonato de Atletismo, aunque no era tarea fácil ya que un estadio abierto implica muchos costes de diferentes aspectos. Aun así se siguió utilizando en ocasiones para la practica del rugby y el atletismo. El Atlético de Madrid B jugo partidos de segunda división en 1996 así como el partido de vuelta de la Supercopa de España de fútbol. Se utilizó para pruebas físicas de oposiciones, Trofeo José Cano, algún concierto y también como instalación deportiva de entrenamiento.
Los organismos empezaban a ver «La Peineta» como un estorbo económico más que como un estadio deportivo. Los vecinos de la zona comenzaban a inquietarse por los problemas del parking del estadio: botellones y fiestas nocturnas, derrapes con los coches y suciedad por todos lados darían dolor de cabeza al ayuntamiento. Más allá de algunos rodajes de películas (Torrente 3, Airbag..) y algunos anuncios publicitarios, «La Peineta» no encontraba el cometido para el que se había creado.
Entonces llegó la idea. Madrid y los Juegos Olímpicos. En un primer momento se barajó la idea de demoler «La Peineta» y construir un nuevo estadio olímpico para la candidatura de Madrid 2012. Finalmente se conservó su estructura. Para colmo a 11 días de la designación de la sede, la banda terrorista ETA colocó un coche bomba cargado con 20 kilos de cloratita en los aparcamientos del estadio, causando una gran explosión y añadiendo inseguridad a la candidatura olímpica. Con un proyecto notable, Madrid 2012 quedó a las puertas, donde Londres acogería finalmente las olimpiadas. Entre unas cosas y otras «La Peineta» parecía que estaba gafada.
Con el barrio de Las Rosas ya consolidado y los nuevos límites territoriales, «La Peineta» pasaría a formar parte del barrio «Rosas». Lo cierto es que el estadio era una escultura al paso de los coches por la avenida de Arcentales hasta la M-40 sin ninguna función más. Una mezcla de cementerio y vertedero arquitectónico junto al proyecto también a medio terminar de las piscinas olímpicas.
En segundo plano siempre había estado la idea de un traslado del Club Atlético de Madrid hacia el distrito madrileño de San Blas-Canillejas y así dar un uso por fin a La Peineta. Se firmaron varios preacuerdos para el traslado del equipo de la ribera del manzanares aunque con muchas dudas y condicionantes a la designación de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos.
El proyecto Madrid 2012 había recibido buena puntuación desde el COI pero desde los organismos españoles sabían que podía mejorar y así no tener rival. Madrid 2016 sería diseñado con un nivel de detalle extraordinario uniendo los esfuerzos de todos los organismos institucionales. Madrid quedó por delante de Tokio Y Chicago pero fue finalmente Rio la designada para los Juegos Olímpicos de 2016. Un jarro de agua fría injusto para Madrid y repleto de polémicas. La quimera de los Juegos Olímpicos tiro de inercia para la candidatura Madrid 2020 pero en esta ocasión fue eliminada a las primeras de cambio. El sueño de los Juegos Olímpicos se desvanecía completamente.
Y como hay trenes que solo pasan una vez en la vida «La Peineta» lo tuvo claro: subirse al tren del Atletico de Madrid cuyo destinos iban a quedar ligados para siempre. Con 20.000 espectadores de capacidad había que construir el resto del estadio y después de sopesar si mantener «La Peineta» o demolerla, se optó de nuevo por mantenerla con vida . La decisión recibió muchas críticas porque el no demoler la grada principal vería condicionado la estructura restante debido a que La Peineta era un estadio con pista de atletismo con unas dimensiones establecidas. Finalmente el estadio se reajusto sin pista de atletismo por los mismos arquitectos que crearon el estadio mostrando un proyecto espectacular.
Y así fue, la creación del resto del estadio fue construida y diseñada al rededor de eje principal en diseño que era «La Peineta». Tras largos años de bandazos hacia un lado y hacia otro, «La Peineta» había encontrado su destino. Había sufrido una evolución y una metamorfosis. Por fin era el gigante que siempre quiso ser. Se había convertido en el actual ESTADIO METROPOLITANO.
3 comentarios
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Me gusto mucho buen articulo
La importancia de preservar, los golpes de suerte y mala suerte, proteger el arte y adaptarse a los nuevos tiempos. Bravo.